Higurashi

«El Paso de las Horas» | «Vivir Cada Día»

Higurashi fue una Sabina recolectada en 1925 del Monte Myôjôsan. El tronco de este árbol asombraba por su increíble movimiento y a pesar de su delgadez expresaba robustez y vitalidad, lo que producía constante admiración de quienes lo observaban, por lo que su dueño decidió nombrarlo Higurashi «el paso de las horas», debido a que quienes lo observaban podían pasar horas frente a él sin tener ganas de dejar de verlo.

Higurashi fue adquirido por Chûtaro Nakano, un magnate petrolero de Japón, quien dio todos los cuidados necesario para hacer de Higurashi un gran bonsái, 15 años después de ser recolectado fue expuesto, en Abril de 1939 en la Exposición Nacional de Bonsái en Tokio, donde acaparo los miradas y admiración de quienes visitaron la muestra, donde decoraba el jardín del salón de té de la muestra (Foto inferior). Durante la guerra los preciados bonsái de Chûtaro Nakano fueron esparcidos por Japón, incluyendo a Higurashi, quien comenzaría una época muy agitada y que lo pondría en serio riesgo. Reapareció públicamente en 1957 donde obtiene el segundo premio en la Exposición de ejemplares excelentes de bonsái, luego de ser vendido al señor Kôhei Ôta, a través de un comerciante que trabajaba para la familia Nakano en 1952. Fue Ôta quien lo planto en su característico tiesto rectangular de barro rojo alcanzando la plenitud de Higurashi como bonsái. El señor Ôta murió en 1958, por lo que Higurashi fue adquirido a través de una subasta publica por Yasuharu Satô, a partir de allí Higurashi pasa por una dura época debido a la falta de diligencia en su cuidado, que debilito fuertemente a Higurashi, perdiendo vigor y varias ramas, en 1969 el señor Satô lo vendió en una subasta a Yamaki Masaru, quien lo transplanta a una nueva maceta, cambiando totalmente la tierra.

1979

Pasaron varios años para que Higurashi volviera a ser un bonsái vigoroso, como lo fue antaño, en 1979 fue adquirido por Koide Shinkichi, quien le dio los mejores cuidados que conocía para ir fortaleciendo el árbol. Luego de la muerte de Shinkicho, Masao, su heredero siguió con los cuidados del árbol. En 1991 Higurashi volvió a tener un aspecto vigoroso, tras varias técnicas de recuperación, en 1993 se presento nuevamente en la 67 edición de la Kokufu bonsái ten y todos contemplaron el renacimiento de Higurashi. Tristemente su renacimiento no duro mucho, ya que en Julio de 2000 Higurashi comenzó a perder fuerza, ningún esfuerzo de sus dueños logro salvarlo, solo pudieron observar su lenta muerte.

2001

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